domingo, 1 de mayo de 2011

la ecuanimidad

Estoy re-leyendo un libro increíble de Pema Chodron: "Los lugares que te asustan".
Es una monja budista, que actualmente vive y tiene su centro en Canadá, o sea, trae su práctica y enseñanza a Occidente, con lo cual en lo personal me resulta muy clara;
Y me conmueve.
Quiero compartir brevemente algo de su enseñanza respecto del cultivo de la ecuanimidad. Cuenta pema:
"...siempre que alguien preguntaba a un maestro zen cómo se encontraba , él respondía "estoy bien". al final uno de sus estudiantes le preguntó: Roshi, cómo puede decir que siempre está bien? No tiene nunca un mal día? El maestro zen le respondió: claro que sí, pero en los días malos estoy bien, y en los buenos...también..."
Esto es ecuanimidad.
Sería algo asi como que te imagines que hacés una fiesta en tu casa, y están todas las personas que conocés en la lista de invitados, incluyendo por supuesto a tu peor enemigo ó alguien que te lastimó.
La práctica de la ecuanimidad está orientada a poder recibir a todas las personas y seres con los brazos abiertos e invitarlos a visitarnos. Dice Pema: "...como es natural, a medida que vayan llegando algunos invitados sentiremos miedo y aversión. En tal caso, abriremos sólo un poquito la puerta, si eso es todo cuanto podemos hacer por el momento, y la cerraremos cuando sea necesario, porque cultivar la ecuanimidad es un trabajo que va progresando..."
De ese modo también invita a recibir en nuestro regazo cualquier cosa ó circunstancia que aparezca, esto incluye la salud, la enfermedad, la pobreza, la riqueza, el pesar y la alegría. Propone darles la bienvenida e invitarlos al festín.
Empuja a ampliar nuestra perspectiva y punto de vista habitual. Estamos acostumbrados a esperar algo y ponernos felices con su obtención, o por el contrario temer perder lo que tenemos.
Y como costumbre también tratamos de eliminar todo lo que nos asusta. Pero eso limita nuestro contexto, nuestra vida, nos cercena.

Te imaginás invitando a esos personajes a tu casa? yo casi ni puedo escribirlo, mucho menos imaginarlo! Además me salta la pregunta...para qué?

Todos solemos evitar los lugares en donde nos podemos encontrar con gente indeseada por nosotros mismos, ó es común escuchar : "si va tal a la fiesta yo no voy", como si con no verlo/a se solucionara lo que sentimos dentro.
Conectarnos con ese sentimiento , con la vulnerabilidad y crudeza del resentimiento nos invita a ampliar nuestra perspectiva, a ver más allá de lo correcto ó incorrecto., sirve para ampliar nuestro corazón.
Por último escribe: "...la práctica de la ecuanimidad requiere dejar atrás parte del equipaje, por ejemplo, la comodidad de rechazar partes enteras de nuestra experiencia y la seguridad que sentimos al acoger sólo lo que es agradable. El valor de seguir con ese proceso que se va desarrollando , surge de ser compasivos con nosotros mismos y de darnos todo el tiempo del mundo..."
Cuando la gente le pregunta a Pema cuánto tiempo le llevará aprender esta práctica, ella contesta "por lo menos, hasta que te mueras"

con cariño
Inés.